AIDA es mi primer proyecto formal cinematográfico fuera del alcance comercial de la publicidad, medio en el que me he desenvuelto durante años. Si bien es cierto que son rutas distintas la publicidad y el cine, debo agradecer el desarrollo que me ha permitido mi carrera; aprovechar al máximo el manejo conceptual de la comunicación y manifestar con un poco de más madurez y efectividad técnica el proceso de contar historias desde un ángulo más libre y personal. AIDA es la expresión menos glamorosa de la condición humana entre las muchas que se manifiestan durante la vida.

Quise contar esta historia porque surgió del impacto que me dejó una experiencia vivida muy de cerca. Tanto, como para tomar el lápiz y el papel y comenzar a retransmitir en la ficción los procesos instintivos que fueron develando estos dos personajes. Es interesante ver como hay mucha gente de mi edad que siente plena identificación con esta historia, o existen otros, que de alguna forma u otra rozan con una situación como la que viven Aída y Pedro. "Así es mi abuela" "Igualita a mi mamá" ... Es duro tocar este tema, y creo que se hace muy poco, así como yo he evitado llevarlo a extremos que no son ficción sino una realidad.

Más allá de lo evidente de las imágenes que muestro, mi trabajo exploró otras ideas que yacen en el sub-texto. Temas como la monotonía, la soledad y la senilidad, son los primeros en figurar, sin embargo hay otras expresiones más sutiles que encarnan estos personajes, como por ejemplo, el más controversial para mi: el uso de la agresión como método distorsionado de acercamiento humano. Con esto me refiero a que muchas veces para acercarnos a alguien que amamos, decidimos errónea e inconscientemente, recurrir a la violencia. En el fondo, buscando cercanía, atención, conexión. No nos damos cuenta que son nuestros miedos y frustraciones los drivers que desencadenan estas respuestas violentas producto del instinto que florece. Todo esto lo podemos notar en el desarrollo de Aída como personaje, partiendo del hecho de que cuando sientes soledad, es tu frustración la que te lleva a incurrir en terrenos psicológicos que no son fáciles de sobrellevar.

Si hacemos un balance, la sociedad actual no se siente cómoda con su soledad, es un tema para muchos, inaceptable y peor es que cada vez menos toleramos la convivencia en pareja como ironía a lo anterior. También es por esto, que el antecedente que decidí darle a Aída era el de una mujer completamente independiente, que sacó adelante a sus hermanos y fue el apoyo de otros no tan cercanos, disfrutando de una vida familiar concurrida en sus mejores años, justamente para potenciar esa frustración en la etapa final donde ella se siente cada vez más inútil, falta de recursos físicos y donde cualquier atención en un día corriente es ganancia. Pedro por otro lado debía tener una vida que lo halara en otra dirección, su propia familia, su trabajo, pero también los años junto a Aída son un motor que lo sitúan en una disyuntiva que no logra manejar aparentemente. En este sentido, otra noción que se manifiesta bajo la superficie, es el concepto de la culpa y la lealtad, esta última, también deformada por la primera. Pueden haber posiciones encontradas que tomen partido par un personaje vs el otro, sin embargo no se trata de eso lo que pretende debatir la historia. Simplemente son encrucijadas en las que el destino nos conecta y solo depende de nosotros como lo afrontemos.

Aída Azuaje, la mujer detrás del personaje, fue una decisión difícil. Ella no es actriz y sumado a que tiene actualmente 89 años, fue motivo de total alarma en varios allegados a este proyecto. Me debatí entre usar a una persona formada en la actuación, lo cual significaría tener a alguien más joven, desvirtuando la esencia de la historia o dar oportunidad a desarrollar el personaje en manos de Aída quien respondía exactamente al ideal, física y espiritualmente. Al final decidí por lo autentico aunque me costara más trabajo en el set. Ese era el reto. Leónidas por otro lado, tiene un semblante muy especial. Su presencia tiene cierto lado conmovedor que era la base de la personalidad de Pedro para develar su agonía interna y configurar mejor el cierre de la historia.